La palabra Yubito bien podría servir para nombrar a algunos de los variopintos animales que en estos tiempos son adoptados como mascotas. Sin embargo, no es bautizar gatos, ardillas, lagartos o loros la misión encomendada a este vocablo en el presente escrito, sino otra bien distinta. Veamos, pues, cuál es la tarea que le ha sido confiada.
Hace unos días, mientras aguardaba mi turno para ser atendido en una oficina bancaria, una señora también esperaba con un niño pequeño sentado en un carrito. El chiquillo reclamaba una y otra vez que le diesen a Yubito, pero como la madre desatendía su demanda, este, haciendo alarde de una prodigiosa garganta, comenzó a chillar, berrear, gruñir, aullar y, por momentos, creo que incluso llegó a barritar. Algo sorprendido por tan inesperado como estruendoso concierto, intrigado pregunté a la señora por tal deseado personaje. Algo desconcertada, me contestó que Yubito era el móvil, que así lo llamaba el niño porque ella se lo daba con frecuencia para entretenerlo viendo vídeos en Youtube, pero que se negaba a entregárselo porque en el último mes le había roto tres pantallas. Ante argumento tan "rompedizo", nada supe o quise objetar.
Entretanto, continuaba el recital al que se iban incorporando nuevas voces del elenco faunístico. El publico, mientras soportaba resignado la ampliación del repertorio, centraba su atención en el concertista y se preguntaba con desesperanza cuándo sería ejecutada la última pieza. La madre, percatada de la situación y arriesgándose a tener que comprar una nueva pantalla, con más bochorno que convencimiento, por fin entregó a Yubito, para gran regocijo del artista y no menos alivio del auditorio.
Me has hecho sonreir con tu relato. Y bueno...antes era el televisor (la niñera que las mamás contrataban!
ResponderEliminarSaludos Antorelo
¡Cuánto tiempo sin saber de ti!
ResponderEliminarMe alegra leerte,¡Bienvenido!
Se avecinan generaciones de autómatas...
ResponderEliminarSaludos.
Todo un placer volver a deleitarnos con tus relatos.
ResponderEliminarQue tengas una excelente semana.
Saludos Antorelo.
Ramón
Lo vivo en carne propia. Mi peque está obsesionado pòr los coches y camiones y desde que averiguó que aparecen en yubito dibujos animados con tales personajes no deja de berrear hasta que se los pongo en el ordenador o en la tele. Todavía no sabe que también existe en el móvil...
ResponderEliminarUn saludo
volver a leerte
ResponderEliminaruna entrada genial
como siempre
abrazos van muchacho para vos
Es un relato precioso y que nos toca más o menos a todos.
ResponderEliminarUn abrazo.
"Yubito": me encanta el nombre. Menos me gusta la dependencia que les estamos creando en los más pequeños aunque reconozco que yo también echo mano de "Yubito" alguna que otra vez.
ResponderEliminarAbrazo!
Felices Fiestas.
ResponderEliminarQue el 2019 sea un magnífico año para todos.
Saludos.
Paso a desearte unas excelentes fiestas.
ResponderEliminarSalud
Feliz Navidad!
Ramón
Feliz entrada de año y que el resto sea aún mejor :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Te deseo Feliz Año Nuevo, que llegue cargado de cosas buenas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los niños saben cómo conseguir lo que quieren, ellos tienen sus armas, y para mí la más importante son los gritos, mi hijo pequeño tenía una garganta prodigiosa para berrear, total la guerra en directo pero… yo ni caso, y terminaba sudando y tranquilizándose el solo, pero en la calle… Un saludo me ha gustado tu entrada.
ResponderEliminarMe encantó este relato, después de mucho tiempo vuelvo a leerte. Lía
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