Antes de nada, permitid que me
presente a los que aún no me conocéis: soy el crítico de este blog y mi labor
consiste en revisar los escritos de mi socio el escribiente con el propósito de
pulirlos y, si es posible, mejorarlos.
Mientras mi colega se defiende de
la canícula estival remojándose en playas y piscinas, me adueño de su puesto durante
este mes y aprovecho la ocasión para hacer una valoración de lo publicado desde
hace un año. En primer lugar, hay que reseñar su exigua dedicación a las
labores de escribanía: solo tres entradas nuevas durante este periodo. Esta insignificante
producción escrituril, a mi entender,
es achacable a que la crítica que hice el pasado agosto (2011) le afectó en
demasía y propició el abandono del blog durante tantos meses (8). Viene esto a
confirmar, a pesar de los ácidos comentarios que algunos de sus seguidores
vertieron sobre mi trabajo, lo atinado de mi diagnóstico.
Dicho esto, quiero señalar que en
las últimas entradas no aprecio mejoría alguna con respecto a las anteriores,
sigo echando en falta un relato ameno, un poema aceptable o un artículo
legible. Ya le he recriminado en varias ocasiones las abusivas descripciones de
lo cotidiano (El comensal, Encuentro,
Retratos de café…), pero, a la vista de los resultados, una malévola sospecha ronda por mi mente: mi
socio no anda muy sobrado de inventiva.
Como procuro ser justo, también
tengo que decir algo a su favor: sus escritos no han empeorado, algo que
también podría haber ocurrido.
Finalmente, solo me queda
recomendar a sus seguidores que, si queremos que mi colega progrese algo en sus
escritos, no se excedan con lisonjeros comentarios, ya que pueden enaltecer peligrosamente su ego literario y llegue a creerse lo que no es.
Ya veremos qué hace el "bañista" cuando vuelva y lea esto, je,je,je...
Ya veremos qué hace el "bañista" cuando vuelva y lea esto, je,je,je...
Hasta otra
ocasión.