jueves, 17 de enero de 2013

El refrigerador




Las pagas que el Estado abona a los que no son políticos, léase pensionistas y funcionarios, han sido alojadas en flamantes refrigeradores de gran poder enfriatorio. Se ha adoptado tal disposición no vaya a ser que, a temperatura ambiente, se rompa la cadena de frío y se incremente su valor pecuniario. Al mismo tiempo, los sueldos, dietas y demás prebendas que disfrutan los políticos han sido acomodados  en confortables recintos calefactados, muy lejos de los gélidos vientos huracanados que nos azotan y que tantos sueldos están aniquilando con su implacable fuerza destructora.