jueves, 12 de junio de 2014

Soñé que soñaba

Hace unos días soñé que mantenía un fantasioso y surrealista diálogo con mi socio el señor Tijeras de papel, es decir, con mi blog. Este tipo de conversaciones solo ocurren en sueños, pues en la realidad no se pueden tener, y si tal cosa sucediese, iría contra la razón.
Hecha esta aclaración, continúo con el relato del sueño. En él planteaba a mi asociado la conveniencia de liquidar nuestra empresa, pues aunque nunca destacó esta industria por tener una elevada producción, léase escasas y espaciadas entradas (algunas de ellas bastante famélicas), pensaba que era el momento de su clausura. Manifestaba mi colega su disconformidad con mi propuesta a la que tildaba de insensata y, al mismo tiempo, argumentaba que, gracias a él, los productos ofertados habían llegado a una nutrida clientela y que, en este negocio, su parecer era tan principal como el mío. Asimismo, recalcaba que esta empresa se había enriquecido con las aportaciones de nuestros parroquianos o, como ahora se dice, usuarios. En esta controversia andábamos, sin haber llegado aún a ninguna conclusión, cuando me desperté…
Hoy, distanciado del infructuoso e hilarante debate, mucho me temo que la escasa competitividad de esta industria la obligue en un plazo no muy lejano a echar el cierre. Serán las circunstancias las que determinen si temporal o definitivo, pero esto el tiempo se encargará de divulgarlo…