Doce vibrantes campanadas se descuelgan de la vieja torre rompiendo la quietud de la noche. Una luna tímida porfía por asomarse entre las nubes sin conseguirlo. Recios goterones golpean los cristales de mi ventana. Ráfagas de viento se llevan hojas de los árboles y, tras un efímero vuelo, caen esparcidas por el suelo. Bajo la luz incierta de las farolas, resplandece mojada la calle.
Un gato aprovecha que la lluvia se ha ido y atraviesa sigiloso el tejado de la casa de enfrente. A lo lejos se oye el ladrido lastimero de un perro. Un hombre cruza presuroso la plaza perseguido por el eco de sus pisadas.
De nuevo regresa la calma: nada de oye, nada se mueve. El silencio se adueña de las calles de este pueblo blanco, que dormita recostado en las faldas de una sierra seductora y sorprendente.
La foto me gusta pero me gustan más esas palabras.
ResponderEliminarHas hecho magia con ellas.
Foto y palabras se engarzan a la perfección.
ResponderEliminarUn placer comprobar que sigues con actividad en tu blog.
Un saludo.
Me he trasladado con tu relato a las callejuelas de mi vecina Candelario, de casas blancas y recostado en la ladera de la sierra.
ResponderEliminarUn saludo
Que buen relato, es una prosa poética lograda que se va metiendo con cada frase en una calle de tu barrio y nos muestra, porque los vemos, los rincones, los sonidos propios del lugar.
ResponderEliminarLa fotografía es una maravilla.
Ha sido un placer leerte.
mariarosa
me gustas cuando callas y estas como distante
ResponderEliminarEs como estar ahí. Me gusta mucho. Feliz año.
ResponderEliminarFeliz 2020!!!
ResponderEliminarQue sea un magnífico año para todos.
gracias por tus buenos deseos y lo mejor para ti.
ResponderEliminar¡¡Feliz año 2020!!
mariarosa
Me ha encantado tu relato corto pero intenso. Gracias por tu visita a Pasitos Cortos. Me alego de poder saludarte de nuevo. Un abrazo
ResponderEliminarUna maravilla de texto Te abrazo desde Miami
ResponderEliminarMe has echado de menos? he vuelto
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