El escrito de hoy versará sobre
la novela picaresca titulada Vida del
Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y
adversidades, obra anónima publicada en el año 1554. En él intentaré
establecer un paralelismo entre la figura del protagonista y el perfil de aquellos otros pícaros que tanto abundan en nuestro tiempo.
A lo largo de mi vida, más de una vez me acerqué a los
siete tratados de dispar extensión que componen la obra, pues, además de
procurarme gran entretenimiento y diversión, nunca me separé de ellos sin haberme
llevado valiosos conocimientos sobre la condición humana, ya que su lectura me
mostró comportamientos de los que saqué aleccionadoras y provechosas
enseñanzas.
Comencemos, pues, y comparemos a
nuestro protagonista con algún pícaro de la modernidad, aunque prefiero que sea
el lector el encargado de escoger a este último, pues seguro estoy de que no
hallará dificultad para tal menester, por ser muchos los que prosperan en todos
los ámbitos de nuestra sociedad.
El protagonista de nuestra novela
es un desventurado llamado Lázaro, hijo de padres sin honra, natural de Tejares
(aldea salmantina a orillas del río Tormes), el cual cuenta en primera persona su vida miserable desde
que nació hasta que se casó en Toledo, de manera poco honorable, con la criada
de un arcipreste. Su existencia está llena de privaciones, hambre, egoísmos,
explotación, engaños, burlas. A causa de su origen, es persona sin oficio ni
beneficio, sin caudales, sin letras. Será criado de muchos amos: sucesivamente
servirá a un ciego, a un clérigo, a un escudero… Su vida será con los distintos
amos una constante pelea por algo tan viejo como la vida misma: el hambre. Ella
será el motivo que impulsará sus acciones, será la musa que inspirará sus
mentiras, sus tretas, sus engaños y, en definitiva, todos sus actos. Los amos a
los que sirve son sus antagonistas que, mediante sus comportamientos,
obstaculizan los propósitos y acciones de Lázaro encaminados a buscarse los
medios para subsistir. Sus picardías son raterías
de poca monta, todas ellas dirigidas a procurarse el sustento.
En cambio, algunos de los pícaros modernos
son hijos de padres respetables, no han
sufrido explotación, ni hambres, ni privaciones. Más bien todo lo contrario: de
poco o nada han carecido y han llevado una vida confortable y llena de
comodidades. Debido a su origen son personas de letras, con empleo, con
posibles, con oficio. Dada su situación social, estos pícaros de la modernidad
actúan movidos por motivaciones bien diferentes a las de Lázaro. La musa que
guía sus acciones no es el hambre, sino un afán desmesurado por obtener
riquezas para atesorarlas: la codicia. Se valen de sutiles estratagemas
para obtener provecho engañando a los
demás y, de esta manera, agasajar y contentar a su musa.
Ya hemos visto cómo Lázaro desde
niño tiene que servir a muchos amos con los que no consigue quitarse el hambre
de encima; algunos pícaros de ahora, aunque resulte paradójico por el rango que
ocupan en la sociedad, también son servidores, aunque de amos bien distintos:
el amo al que todos ellos sirven es el dinero, su auténtico dueño y señor, y
que en forma de presente ofrendan a su musa, la codicia, para complacerla y
aplacarla.
Continuará el próximo día 15
Es curioso que conforme te iba leyendo, iba pensandolo mismo que tú sobre el pícaro moderno, mucho menos saleroso que el clásico y bastante menos necesitado.
ResponderEliminar¿Por qué continuarás el día 15= Largo me lo fiáis amigo Sancho.
Un paralelismo dispar...uno en busca de comida (loable)...y otro el poder (ambición).
ResponderEliminarDesde la antiguedad, el ser húmano ha tratado de buscarse el sustento para sí y para los suyos...y al mismo tiempo, otros antes que existiera el dinero, trataban de abusar del menos agraciado,comprando la cosecha a bajo precio, y así ha continuado a lo largo de la historia.
Ahora tenemos en la palpable actualidad: Banqueros, asesores,comisionados que cobran contratos blindados a pesar de su mala gestión...y los más, nos conformamos con esa pequeña pensión, impuestos abusivos, ser engañados por esas "Obligaciones Subordinadas", con el beneplacito de la CNV, banco de España y por supuesto, por el gobierno que mandaba por aquel entonces que las permitió, para que subfragaran las perdidas las entidades bancarias que eran de Champions Leegue...Un parecido hermoso entre el pequeño Lazaro amigo de la infancia y el poder actuál...un saludo amigo y felicidades por este escrito.
Muy buen reflejo de unos y otros. Es así, hoy los impulsa el dinero y por el, venden su alma al diablo.
ResponderEliminar¿Quién no recuerda al Lazarillo de Tormes?
Cuántas sonrisas y cuanta ternura despertó en los que lo hemos leído.
Un abrazo Antorelo, buenísisma entrada.
mariarosa
¡Genial! Ya le he superpuesto a Lázaro muchas imágenes de cualquiera de nuestros puntos cardinales y todas le sientan bien. Ninguna hace ascos por su diversidad de criterios políticos, porque a todas las uniforma la fe en el dios dinero.
ResponderEliminar¡Esto promete! ¡A ver esa segunda parte!
Abrazos
En estos tiempos es más fácil ser niño de lo que lo era antiguamente. Has hecho un buen relato de los pícaros.
ResponderEliminarUn beso.
Lo que pasa que a los de ahora llamarlos pícaros es poco, teniendo en cuenta que es la codicia y no la necesidad la que los impulsa a semejante grado de indecencia. Pero se reproducen con rapidez, proliferan como hongos. Ojala pudiera acabarse con ellos con un buen insecticida!
ResponderEliminarFeliz día, monsieur
Bisous
Así es Lázaro hacía uso de sus picardías, para conseguir sustento, para sobrevivir y sin causar excesivo perjuicio con ellas sin embargo los pícaros de ellos son devastadores para con todo lo que les obstaculiza el camino en su ambición desmedida y lo peor es que salen de rositas.
ResponderEliminarInteresante se promete la lectura.
Un beso, Antorelo.
Muchos "Lázaros" tenemos hoy en día, pero claro, que estos no pasan hambre.
ResponderEliminarEspero la continuación se vislumbra interesante. Un saludo
Hola, muchos picaros hemos tenido siempre en España, ahora más que nunca ¿será la crisis…? Estupenda entrada. Un abrazo.
ResponderEliminarEl pícaro de aquel entonces, tenía un encanto increíble, entrañable y se hacía querer,
ResponderEliminarlos de ahora... ya lo sabemos todos: ¡¡¡A la carcel!!
Me gustan tus entradas.
Un abrazo.
Mercedes.
Totalmente de acuerdo. Nada que ver los pícaros muertos de hambre de antaño con los sinvergüenzas y corruptos que desde sus despachos se forran a costa de los sufridos ciudadanos que pagamos religiosamente nuestros impuestos. La amnistía fiscal no es para los pobres, sino para estos delincuentes de guante blanco.
ResponderEliminarUn saludo.
Hasta la avaricia y la impudicia, se han tecnificado.
ResponderEliminarEstos son tiempos malos, para la gente decente.
Un abrazo.
Pero, fíjate que ya entonces se tenía el mismo concepto de pícaro que ahora y su servidumbre del dinero, como bien reflejó Quevedo, buen narrador de historias picarescas, cuando dijo "Perfecto caballero es don Dinero". Y en la realidad era así pues sólo hay que ver la actitud del duque de Lerma de corruptelas, nepotismo, etc, etc.
ResponderEliminarSaludos
Recuerdo el libro con especial cariño.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Interesante reto.
A ver que tal...
Saludos.
Pues si amigo, tiene similitudes con algunos de los pícaros de la actualidad pero como bien tu dices, las motivaciones son muy diferentes, me cae mejor Lazaro, por supuesto. Me quedo esperando la próxima entrega
ResponderEliminarBsss
Admirable tu elección. Conozco la existencia del escrito, pero nunca lo había leído.
ResponderEliminarY cuánta razón tienes, la humildad nada tiene que ver con la calidad de la persona. Quizás lo contrario, la riqueza, la opulencia, pongan de manifiesto la faceta despreciable que en general tenemos. Casualidad, se da en dirigentes políticos.
Un saludo
Hasta la picardía ha cambiado hoy, no me imagino viendo con malos ojos a personajes así.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
HD
Cuando leí el Lazarillo de Tormes tendría unos doce o trece años, fue un trabajo de fin de curso impuesto por la profesora de Lengua y Literatura con el fin de hacer un comentario de texto. Recuerdo que me divirtió, sin más. Sobre todo porque los libros que nos mandaban leer para aquellos fines solían ser auténticos "peñazos". Unos cuantos años más tarde, lo he vuelto a leer en un taller de lectura, y la conclusión que de él saqué coincide completamente con la tuya. Los "pícaros" de hoy en día no suelen producirnos sonrisas precisamente. Ha sido un placer leerte. Saludos
ResponderEliminarNo lo había leído , quiero decirte que Pícaros hay en todo el mundo. México esta lleno de ellos , me ha encantado Lazaro porque para sobrevivir se convierte en un picaro si no pues el hambre es canija como decia mi abuela
EliminarBuenisima la entrada como todo lo que escribes
Un beso Anto , disculpa que tardara tanto en venir, días díficiles para México vienen ya las elecciones y es cuando mas picaros salen de sus cuevas :)
A diferencia de aquellos Lázaros, los de hoy todos son de buena familia, algunas de ellas de dudosa procedencia.
ResponderEliminarCon tu permiso me quedo por aquí, no seguiremos leyendo.
Un cordial saludo
Hola Antorelo, una buena crítica, hacia tiempo que no te
ResponderEliminarleía, me alegra tu regreso.
Que tengas una buena semana.
un saludo.
cuanta verdad llevan tus letras querido y admirado amigo. Por desgracia ahora los Lázaros dejan mucho que desear a los de antaño y se multiplican como las cucarachas. Muchos besinos con todo mi cariño y admiración.
ResponderEliminarBuen tema Antorelo. Recuerdo como si fuese ayer, el librito del Lazarillo de Tormes que me hicieron leer en el colegio, recuerdo que fue un descubrimiento para mi pues, creí que serìa muy aburrido y sin embargo me entretuve mucho y me reí bastante. Aunque como bien describes, se trata de un drama: un ser que nada ni a nadie tiene. Sin duda, este es un pícaro inocente, cuya sobrevivencia le exige buscar las estratagemas necesarias. Y sin duda, concuerdo contígo, el planeta está saturado de pícaros "con corbata" movidos por el dinero y el poder que éste trae. Tanto así, ya sabemos, que algunos llegan a ser presidentes de países o dueños mercantiles de su nación. Uf!
ResponderEliminarMi abrazo y gracias por pasar por La Cala.
El dinero siempre ha sido el mayor Amo de cada momento en las disntintas épocas, es más crudo ahora, cuando se carece de tanta humanidad. Me gusta, lo que leo.
ResponderEliminarBesos.
El Lazarillo de Tormes es un bello recuerdo de mi niñez, hace muuuuuuuuucho...y cómo han "mutado" los pícaros en el tiempo, no?
ResponderEliminarSaludo enorme, Antorelo.
Luna, ¿qué pasa con tu blogs?
ResponderEliminar¡ Que buena critica Antorelo!!! y cuanto de verdad hay en tus palabras. Un placer leerte.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Gracias por tus palabras en el blog.
Con más casta, pero son una plaga nefasta y lo triste de todo no son los que compran dignidad, son los que la venden.
ResponderEliminarContenta de leerte.
Abrazos Antorelo.
Estupendo análisis, Antorelo!! Por mi profesión, leo "El lazarillo" una vez al año y, desde luego, no tiene desperdicio.
ResponderEliminarAbrazo!
Es una paralelismo buenisimo! un abrazo
ResponderEliminarTodos los pícaros de ahoratienen cara conocida, nombres y apellidos, y cargo y rango y...
ResponderEliminarBuen paralelismo, amigo, muy bueno!
Y mientras escribo este comentario, escucho a uno de esos pícaros en la radio en rueda de prensa anunciando cómo nos van a estrangular todavía más...
Un abrazo!
;)
Así es Antorelo, la codicia es una calamidad de nuestros tiempos. Deberían inventar una vacuna.
ResponderEliminarHoy entraste mejor en mi blog?
Besos y buen finde.
Flor
Que grande! Me ha encantado este acertadísimo paralelismo entre el hambre -Lazarillo- y la codicia -cualquiera de los muchos que hay en la actualidad-.
ResponderEliminarFelicitaciones Antorelo.
Que tengas una estupenda semana.
Un abrazo.
Ramón
Hola Antorelo! Una buena critica; pícaros ha habido siempre pero en estos tiempos han cambiado el canon y se ha agudizado la codicia de algunos personajes que van de traje y corbata Un cariñoso saludo
ResponderEliminarLos picaros de ahora no son tales, ya no tienen gallardía, llamemosles sanguijuelas.
ResponderEliminarEs curioso como estos de ahora también sirven a clérigos y escuderos.
Cuanta verdad dicen tus palabras, hay personas que sólo les interesa el dinero y son capaces de mentir,robar, matar,engañar con tal de conseguirlo. A veces no les importa romper un corazón si con eso consiguen engordar su bolsillo.
ResponderEliminarMuy buen escrito Antorelo,nunca espero menos de ti.
un saludo
Leo poco y casi nada mas que blogs por lo tanto llegar aqui
ResponderEliminarte leo y me gustan tus letras
Hola Hermano. Te debo una disculpa por ser mal seguidor. No venía desde hace un tiempo por aquí.
ResponderEliminarMuy buen post. En todos lados se encuentran pícaros.
(ya respondí a tu pregunta)
Abrazo grande querido!!!!
Feliz fin de semana.
ResponderEliminarUn beso.