En las postrimerías del siglo anterior al pasado, una temible epidemia de cólera se ensañó de manera implacable con las gentes de varias regiones españolas.
Valentina, una joven de veinticuatro años, no escapó al cruel envite de la temible enfermedad: durante varios días su organismo se rebeló, pero el mal desplegó tal poderío que debilitó su cuerpo hasta la extenuación.
Valentina estaba casada con Gregorio y tenían una hija, Paula, que, a la sazón, no había cumplido los tres años. El joven marido, abrumado por la muerte de su esposa y por la responsabilidad de criar y educar una niña de tan corta edad, pidió a los padres de Ana que se hiciesen cargo de Paula. Transcurrido un tiempo, y agobiado por la penosa situación anímica que atravesaba, emprendió viaje a Buenos Aires, ciudad a la que arribó algunas semanas después. Sin embargo, a partir de su llegada, ya nunca se supo nada de él. Lector, si crees que quiero colocarte un relato de tintes tan folletinescos como el narrado en la página anterior, te equivocas: Paula era la madre de mi madre.
Esta historia se la oí de pequeño a mi abuela, como ella, a su vez, la oyó de la suya y yo, a mi vez, después de un siglo, la vuelvo a contar aquí. Seguro estoy que será leída por algunos pobladores de aquellas tierras que nuestro viajero pisó; lugares, que lo cautivaron y atraparon con tal fuerza, que ya no quiso o no pudo abandonar jamás.
A veces, la vida es así de extraña…
A veces, la vida es así de extraña…
Gracias por compartir estas vivencias, estas historias de vida! estos tesoros que se dejan de generación en generación y forman las raíces de una familia.
ResponderEliminarUn beso.
Marga
Gracias POR SER, Franz! Y por este relato tan emotivo y tan sincero!
ResponderEliminarShibumis de luz y vida!
Besitos,
Male.
Y requetebienvenido al País de los Bosques, dde te esperamos con los brazos abiertos!!
Entrañable y triste historia de los antepasados, que de alguna manera acaban formando parte de la nuestra propia. Yo también hago por no olvidar la de los míos, que a su vez oí de mi madres, ...que a su vez oyó de la suya. Alguien, alguna vez tiene que escribirla. O pensarla.
ResponderEliminarAbrazos
Paula era la madre de mi madre.
ResponderEliminarEsta historia se la oí de pequeño a mi abuela, como ella, a su vez, la oyó de la suya y yo, a mi vez, después de un siglo, la vuelvo a contar.
Gracias por contarla ...
Me quedo a seguirte desde mi blogg333 soy seguidora de Gaucho :) por el llegue hasta aqui
encantada me voy
Curiosos derroteros por los que nos lleva a veces la vida.
ResponderEliminarYo también me quedo por tu blog.
Un saludo.
Relato muy personal lleno de emotividad... ciertamente tienes razón al finalizar "A veces, la vida es así de extraña…" Gracias por mostrarnos este retazo de tu vida. Saludos cordiales.
ResponderEliminarUna historia tremenda, que demuestra que la realidad supera a la imaginación.
ResponderEliminarMuchos inmigrantes llegaron a la Argentina y se afincaron, formaron otra familia y olvidaron lo pasado, otros murieron y nadie aviso a las familias.
¿Nunca averiguaron por internet si hay descendientes de ese hombre?
Mi suegro encontró buscando en Internet, familiares en Brasil, descendientes de un hermano de su padre, con el que nunca hubo contacto, Sabían que había llegado allí y nada más.
saludos.
mariarosa
Una historia muy triste. Cuanto deben haber sufrido ambos. El que se fue y los que quedaron esperando.
ResponderEliminarMuy bien escrito.
Alejandro
Que triste y a la vez se lee tan real, muchas familias han pasado por tu historia aún en el siglo 21... un abrazo..
ResponderEliminarGracias por pasar por mi blog ;)
Pase a desearte Buenas Noches ....
ResponderEliminarPaso a saludarte y desearte un feliz fin de semana. Cordial saludo.
ResponderEliminarRamòn
Hola.
ResponderEliminarAntorelo, que raro! Te tengo en el "Reader", pero esta actualizaciòn, no saliò. (Blogger anda cada vez peor!).
Con respecto a lo que cuentas, eran tiempos difìciles.
La gente, soportaba cosas que hoy, nos parecerìan imposibles.
Epocas muy tristes, en verdad.
Hay que atesorar esos recuerdos. Nos muetran quienes somos.
un abrazo.
Paso para agradecerte tus bellas palabras en mi Blogg . . . Estoy esperando que escribas ....
ResponderEliminarTe deseo Buenas tardes, por aqui son las 4:18 PM
Un beso , con cariño
Hola que triste lo que has escrito hoy pero que real..
ResponderEliminarGracias por pasarte a saludarme, me gusta que te guste lo que hago .
un beso enorme y que tengas buen viernes
A veces, las circunstancias de la vida pueden transformar al ser humano. Abandonar a una hija, por el embrujo de unas nuevas tierras, es algo que no me cabe en la cabeza. Pero ¿quién soy yo para juzgar?. No he vivido aquellos tiempos tan complicados. La realidad, siempre supera a la ficción.
ResponderEliminarSaludos.
Anto, mil gracias x tus pals en Gotas de Vida!!
ResponderEliminarTb te pido perdón pq acá te dejé un comentario haciendo referencia a Franz, colaborador del País de los Bosques.. Glubs!
Ya lo subsané! Le tenía a él puesto en el link de enlaces con tu url!
Perdón!!!!
Mil besos!
Male.
Gran relato, gran historia la verdad escribes muy bien y es un placer leerte.
ResponderEliminarGracias por pasar por mi blog y seguirme. es la primera vez que entro en tu blog la verdad me encantó la forma en que escribís y tu blog, yo también te sigo y puse en mi página un enlace para ver cada vez que actualices. De esta manera voy a poder comentar y estar un poco más presente. Besos y felicitaciones por el blog!!!
http://el-ser-bohemio.blogspot.com/
http://mi-adn.blogspot.com
Antorelo en mi blog tienes un regalo para ti.
ResponderEliminarPasa a buscarlo cuando lo desees.
Saludos!
Andrés Z.
Es bueno saber de donde venimos, conocer nuestras raíces, pero no todos tienen la suerte de tener quien le informe de quienes fueron sus antepasados.
ResponderEliminarSaludos y gracias por tus palabras en mi blog, yo también tuve un gorrión que se paseaba por casa.
Hola , mira si quieres el tamaño que yo puse en mi blog te paso el codigo para que lo subas y asi te ahorro el trabajo , el codigo es este :
ResponderEliminarhttp://i777.photobucket.com/albums/yy52/zaloeisa/FondosIsabella/CONTRATOAMISTAD.jpg
un besote enorme
Con muchisimo cariño me llevo este bello premio
ResponderEliminarGRACIAS por tomarme en cuenta , les mandare un mail a 4 personas para entregarles el premio como me lo indicas
Un BESO Mexicano querido amigo
Me regalaron hace poco una novela "Dime quien soy", en ella la protagonista es una mujer que, por azar casi, vive una vida increíble como espía y uno de sus primeros viajes es precisamente a Argentina.
ResponderEliminarEn aquellos años, muchas personas iban allí a rehacer sus vidas.
Gracias por hacerme venir a este post.
ResponderEliminarO sea que Paula era tu abuela materna y nunca más supo de su papá que se vino para la Argentina. Qué pena haber perdido todo contacto con él, no? Qué edad tendría cuando vino a la ARgentina? Alguien intentó saber qué fue de su vida, si tuvo otros hijos? Mira si tienes otra familia aquí? Estaría bueno averiguarlo.
Muy linda historia, amigo Antorelo. Gracias por compartirla y gracias por haberme visitado.
Un beso con abrazo para ti.
Buenas tardes. Una historia emotiva. Esta tierra mía recibío a muchas personas. Seguramente fué feliz....seguramente nunca olvidó...
ResponderEliminarSaludos desde el norte de Argentina.
A esta, mi tierra, también llegaron mis abuelos, oriundos de Galicia, huyendo del hambre y la guerra y queriendo una vida mejor, recuerdo a mi abuelo diciendo cuanto lo había enamorado esta tierra, deberías buscar, tal vez tengas familia por aquí...
ResponderEliminarMuy bello relato, gracias por recomendarmelo.
Besote Antonio
Antorelo leo la historia de tu abuela y es una mas de tantas de emigrantes europeos que vinieron aqui buscando otro destino para sus vidas, soy hija de un inmigrante italiano, y rodeada de historias parecidas, he ido al pueblo de mi padre buscando las raìces que habìan perdido contacto despuès de tantos años, ellos no pudieron volver nunca a su Italia querida, fue emocionante para mi conocer aquel lugar...Un saludo y gracias por tu visita, me encantó leerte.
ResponderEliminarUna triste historia.
ResponderEliminarMuchos son los hombres que llegaron buscando una nueva vida y sus familiares perdieron contacto con ellos. Las historias... nadie las sabe, se perdieron en el tiempo.
Rosa
Hola y gracias por invitarme a leer ésta historia tan entrañable. Mis abuelos vinieron aquí desde Málaga y Almería (como muchos otros), y ésta tierra mía se pobló de historias y memorias que llegaron a embebernos. Yo tuve la suerte de poder viajar y conocer los lugares dónde nacieron mis abuelos, por eso ese post (donde me has visto nombrar a Málaga y a mi abuela Lola)...¿qué más puedo decir?... tan lejos y tan cerca estamos, unidos en las historias de tantas familias.
ResponderEliminarGracias por invitarme a conocer ésta entrada.
Un abrazo porteño!!!
Emocionante y nostálgica historia. Circunstancias, decisiones, realidades... ¿Cómo saber qué pudo haber pasado por la cabeza de tu bisabuelo para largarse a cruzar el océano? ¿Desaparecer de un lugar que le traía tantos recuerdos y sufrimiento? ¿Quizás una esperanza fabricada en su imaginación? ¿Tal vez instalarse, encontrar un lugar para luego traer a su familia? Le pudo haber pasado algo -o no- El destino es incierto, las conjeturas son muchas. Lo cierto que habrá sido uno más de los inmigrantes que llegaron a Buenos Aires con una ilusión o una desesperación. Yo tengo una mezcla de españoles (de Almería) e italianos (de Strómboli) -un cóctel explosivo, jajaj-, ya que mis abuelos vinieron de muy jóvenes y se instalaron aquí; cada uno con su bagaje de vida. Argentina es un crisol de razas y todos estamos ligados, de alguna manera, a otro "pedazo" de tierra; somo una mezcla rara de herencias genéticas que se han ido fusionando y nos hace -un poco- ciudadanos del mundo, y nos hace sentir afines a muchas costumbres. Gracias por compartir tu expeciencia. Un beso grande desde Mar del Plata.
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